miércoles, 6 de julio de 2011

[La carta] by Bianchi [Tsuna x Gokudera]

Hi a todos!! ^^ Gommen por el largo tiempo que transcurre entre entrada y entrada, de verdad que estamos todas realmente despistadas, pero acá les dejo un mini fic que espero que les guste ^^.

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Ya era de noche cuando Tsuna volvía a casa. Había pasado todo el día en la biblioteca tratando de estudiar, ya que le había sido imposible localizar a Gokudera. No había sacado nada en claro de aquella tarde de estudio. Resignado, abrió la puerta de casa y anunció su regreso.

-Ya estoy aquí!

-Bienvenido a casa, Tsu-kun -lo recibió su madre desde la cocina-. Tienes una carta de Gokudera-kun encima de la cómoda.

Tsuna dirigió su vista hacia allí y, en efecto, allí había una carta. Cogió el sobre y lo abrió. Era algo larga, y pensó qué podría ser aquello tan importante que Gokudera tenía que decirle por escrito en lugar de en persona.

Décimo, lamento no haber podido responder al teléfono al inicio de la tarde. Sé que me necesitaba para sus tareas y para estudiar, pero no he querido acudir por una razón muy simple, pero a la vez muy compleja. 

Mis sentimientos hacia el décimo son mucho más que los de un subordinado por su jefe. Temo que quedemos los dos a solas por lo que pueda ocurrir por mi parte. Cada vez que siento el impulso de besarle o acariciarle el pelo, o incluso de abrazarle, me siento incapaz de concentrar mis pensamientos en otra cosa, con lo cual acabo siendo más un estorbo que un buen profesor particular. 

Sé que nunca podré llegar a ser lo suficientemente bueno para usted, nunca llegaré a su altura por mucho que se empeñe en decirme lo contrario. Pero aun así lo admiro desde abajo, ya que sé que mis ojos no podrán contemplar nunca a nadie mejor. Su sonrisa es lo que alegra mi día desde primera hora de la mañana, y su compañía siempre resulta un precioso regalo que temo haberme excedido en aceptarlo tantos días.

Con estos sentimientos temo no poder serle útil por mucho más tiempo, pero quería que supiese todo esto, ya que, aunque dudo mucho que vuelva a dirigirme la palabra después de leer esta carta, mis sentimientos seguirán siempre a donde quiera que vaya mi corazón.

Si quiere dejar de contar conmigo, está en su derecho, pero a pesar de todo, me gustaría seguir siendo su mano derecha un tiempo más.

Quiero a la familia Vongola...

...pero amo a Sawada Tsunayoshi.

Gokudera Hayato.

Tsuna terminó de leer la carta con las manos temblorosas. Comprendía los sentimientos de Gokudera. Los comprendía porque habían sido los suyos durante mucho tiempo, pero nunca había tenido el valor, como lo había tenido él, de manifestarlos abiertamente, aunque fuese por escrito.

Con la carta aún en la mano, Tsuna corrió escaleras arriba y se encerró en su cuarto. Lanzó la bolsa contra la cama y rebuscó su teléfono móvil en los bolsillos del pantalón. Tenía que llamarle... Tenía que decirle...

¿Qué? ¿Qué iba a decirle? A él no se le daban bien las palabras, mucho menos los sentimientos. No sabía qué iba a decirle a Gokudera cuando éste respondiera al teléfono. Pero aun así, los tonos de llamada ya sonaban, había marcado su número y ahora esperaba a que el muchacho contestase. Notaba el corazón muy acelerado, y sintió que se le paraba cuando, esta vez sí, respondió la voz de Gokudera.

-¿Décimo?

Y así, de repente, Tsuna supo exactamente qué era lo que tenía que decir. Gokudera en su carta no había hecho más que expresar su inseguridad en aquel asunto, así que de su boca brotaron unas simples palabras que sabía que arreglarían la situación.

-Está bien, Gokudera -dijo, sonrojado completamente-. Si yo te gusto... Está bien.